sábado, 2 de julio de 2011

Something good can work


"Nadie te avisa. Un día tu vida es maravillosa y al día siguiente todo parece deshacerse como la sal. 
Pero ya conoces esto, ya has estado en este mismo punto.Te sientes desfallecer y te preguntas cuantas veces tendrás que empezar esta batalla porque ya estás cansada… Cruzas los dedos porque esta sea la definitiva, aunque en el fondo ni tú misma te lo creas.
 Sabes que aprovechará la más mínima grieta para colarse en tu mente y torturarte con pensamientos e imágenes, que volverás a tener que mirar a la cara a tu parte más oscura y eso te asusta porque, ¿cómo se puede salir de ahí? ¿Cómo librarte del enemigo si este eres tú mismo?


Y te intentas levantar, tienes que hacerlo, no hay espacio para la fatiga ni la debilidad en esta guerra. Es una carrera de fondo, pero de una u otra forma siempre acabas tropezando y eso te frustra tantísimo...
  Pero tienes que hacerlo, debes hacerlo por la promesa de que un día todo eso formará parte del pasado, como esas tantas cosas que ya enterraste en tus recuerdos.
La promesa de que llegará un día en que esa voz de tu cabeza que no te deja nunca ser plenamente feliz se callará para siempre o al menos, tú dejarás de escucharla.
El día en que vivas en el mundo, y no te sientas culpable por cada paso que des, ni tampoco una carga ni una ciudadana de segunda. Y en que creas que mereces algo la pena, a pesar de cagarla y no ser perfecta.
Ese momento en que la soledad deje de aterrorizarte y reconozcas a aquella que te devuelve la mirada desde el otro lado del espejo.
El día en que seas tú, ni buena ni mala, ni guapa ni fea…Sola y puramente tú,todo contradicción y mezclado pero tú, al fin y al cabo.
Pero ¿y si ese día nunca llega? No creo que pueda soportar vivir toda mi vida con todo esto en mi cabeza, necesito creer que tengo algo por lo que luchar, que ese futuro puede existir…"
                                                        (Diarios, escrito el 29 de noviembre de 2009)  
En plena limpieza de ordenador he encontrado esto, una de las miles de cartas que me escribí a mí misma en momentos de bajón. Creo que nunca he escrito más que cuando he estado realmente deprimida, de hecho, ha sido un gran reto ponerme a escribir simplemente por placer. 
Escribir había sido siempre mi via de escape, unas veces lo hacía por desahogarme y otras veces, como en este caso para darme fuerzas cuando creía que no podía más. 
Reconozco que no pude evitar emocionarme al leerlo, al sentir de nuevo la desesperación del que lleva mucho tiempo encerrado, caminando entre sombras y que siente que no volverá a ver el sol. 
Pensar lo poquito que ha pasado y lo muchísimo que parece que me separa de esa chica asustada y abatida que escribió esto, lo muchísimo que ha cambiado todo. 
Por eso no puedo terminar sin decirme, decirle a esa yo del pasado, que ese futuro es ya una realidad y darle las gracias por creer que era posible, aunque le resultara difícil en momentos como aquel.
 Y ahora la canción que da título al post, una de mis favoritas y con la que me siento muy identificada en este momento (la pongo con letra, porque si no hay partes que no se entienden)
 

1 comentario:

  1. Nunca dejes de escribir, por favor. Como válvula de escape siempre será una herramienta que ya sabes que te es útil, pero como forma de expresión en el sentido más amplio es un don que tienes, y que no debes olvidar. Tus lectores te lo agradeceremos ;) A.

    ResponderEliminar