Esta frase se me ocurrió un día en clase, y me enamoré de ella porque me pareció una forma sencilla de expresar una necesidad que me ha acompañado desde que tengo memoria : ser perfecta.
Pero esto no lo inventé yo, es algo que obsesiona y guía las vidas de mucha gente en una búsqueda sin fin, sin retorno. Porque la perfección, como su propia definición implica, es inalcanzable.
Como decía, mi vida, al igual que la de muchos otros, ha estado guiada por la necesidad de hacer todo bien, agradar a todos, ser la mejor alumna, hija, amiga, novia... Incluso, y es gracioso reconocermelo, ser la mejor en curarme de esta enfermedad. Pero, ¿Por qué?
Eso es una buena pregunta para la que yo sólo poseo mi propia experiencia. Creo que cuando vives dominada por el miedo al abandono, al rechazo y dudas constantemente acerca de tu valía personal; cuando vagas entre toda esa inseguridad, buscas algo con lo que poder sostenerte, algo que sea una certeza absoluta, y es ahí cuando aparece la idea de perfección en tu cabeza... Porque, si eres la chica más guapa, lista, divertida, etc. Si eres perfecta, entonces ya no tendrás miedo (porque todo el mundo querría tener a su lado a la "perfecta amiga,compañera..."). Entonces, estarías segura y serías feliz.
De modo que una vez te has contado este cuento a tí misma, te lanzas a la búsqueda de la perfección, pero te das cuenta de que no lo eres, ni mucho menos! Es más, cada pequeño fallo lo observas con lupa, un único error hace que nada de lo que hayas hecho bien merezca la pena.
Al final resulta que tu perfeccionismo lo único que hace es recordarte aún más lo imperfecta que eres...
Para mí, esto ha sido lo más difícil de superar y el síntoma que más infeliz me ha hecho, porque nunca es suficiente.
Creo que en parte, es difícil de "combatir" porque está de alguna forma bien visto por la sociedad en los estudios o el trabajo, de modo que cuando bajé mi nota de expediente de un impecable 9'8 a un 7, recibí algunas críticas ( aunque nunca de mis padres, para ellos tenía mucho más valor un 7 si venía acompañado de una sonrisa en la cara)
Y por otra parte, porque es una idea que me había acompañado toda la vida, arraigándose más y más, porque realmente parece un razonamiento lógico creer que si la gente prefiere determinadas cualidades, si alguien las poseyera en su grado óptimo, entonces gustaría a todos, esa persona habría encontrado la fórmula secreta para el éxito.
El ejemplo que siempre pongo al respecto es mi interminable lucha porque se me dieran bien los deportes. Para mí era algo insoportable sentirme torpe o fallar en la clase de gimnasia, aunque en el resto sacara todo 10. Me afectaba tanto que me escabullía de los planes que implicaran algún tipo de actividad física o fingía en clase de gimnasia que lo hacía mal a posta. Pero realmente me frustraba, porque frente a todos mis éxitos, de ser la chica modelo, frente a todos mis esfuerzos por ser la mejor en todo, esa cosa se me resistía. Y esa única cosa hacía que el resto no valiera nada en mi cabeza, porque sólo podía pensar en ella.
Me gustaría poder decir que es algo que he superado totalmente, pero lo cierto es que de vez en cuando me atacan esos sentimientos de autoexigencia sin límites, supongo que será algo con lo que tendré que luchar hasta el final.
Lo que sí puedo decir con seguridad es que empecé a "curarme" de esto el día en que me di cuenta de que si alguien te quería, no importaban tus defectos, porque para esa persona eras aún más perfecta con todas tus imperfecciones.
(Siento el retraso, he estado sin internet y luego de viaje...No volverá a pasar, prometido! Un besito enorme!)
Hola Butterfly!
ResponderEliminarqué interesante lo que cuentas y cómo me identifico con todo. El tener ese grado de exigencia con una misma es terrible, "nos maltratamos" y a veces queremos que los demás den la talla al mismo nivel. Yo no soy psicóloga, pero creo que el empezar a aceptarse a una misma con todo lo que tenemos de bueno, y de menos bueno, y el tratar de agradarte a ti para empezar a pensar menos en cómo quieren los demás que seamos..., es el comienzo de hacer las paces con una misma. En fin, el ser humano aprende con la experiencia, y es un aprendizaje continuo, ¿no? Pero qué rico sabe cuando empezamos a ser más tolerantes con nosotras mismas, a perdonarnos y a exigirnos pero con cariño, como a los demás.
¡En esas estamos!
¡¡¡Gracias por volver!!! y sí, quien te quiere, lo hace con todas tus maravillosas "imperfecciones".
Bs
P.D. ¡¡Escribir deprisa me ha llevado a eliminar la primera entrada!!