"Se tiende a pensar que esto sólo te afecta a tí y más concretamente a una parte de tu vida. Nunca llegarías a imaginarte cuantas cosas te dejaste olvidadas o descuidaste, sólo cuando en un momento del viaje, te das media vuelta y por fín las ves."
Mis padres decidieron apuntarme a ballet con la esperanza de que eso me ayudara a corregir mis problemas de piernas cuando era muy pequeña. Ahí comienza esta historia que hoy quiero compartir con vosotros y que trata acerca de esas cosas que en el transcurso de tu vida parece que vas olvidando.
Al principio no se me daba muy bien, porque como ya he explicado antes siempre me he considerado una persona torpe. algo que con el tiempo se convirtió en uno de mis mayores complejos.
Pero todavía estaba muy lejos de todo ese caos, y lo cierto es que con mis tres añitos, adoraba mis clases a pesar de todo. Y entonces, sucedió algo bonito.
Empecé a esforzarme y mejorar y a convertirlo en una pasión. Nunca fui increíblemente buena, pero lo cierto es que estoy segura de que disfrutaba mucho más que algunas de mis compañeras, que sólo se preocupaban por la técnica. Y realmente mejoré, ya que me "ascendieron" de estar en la última fila de la función a estar casi siempre en la primera (todo un honor en ballet)
Pero, no sé en que momento, la cosa empezó a cambiar, yo cambié.
Dejé de sentir la música y comencé a preocuparme por otras cosas. Me comparaba con mis compañeras, necesitaba ser mejor pero siempre había alguien por delante. Recuerdo que odiaba a una chica que tenía un montón de técnica, la envidiaba terriblemente. Y además estaba convencida de que ella me despreciaba, me hacía de menos. Empezó a darme pereza, a costarme ir a clase. Y cuando iba era tal el sentimiento de culpa y de inferioridad porque las otras lo hacían mejor que no disfrutaba.
A los 11, no me dejaron bailar en la función, porque había faltado tanto que no me la sabía como el resto. Esta fue la gota que colmó el vaso y decidí dejar de bailar. Durante mucho tiempo aún sentía el rencor hacia mis compañeras, seguía enfadada porque ellas me habían rechazado.
Sólo tiempo después fui capaz de darme cuenta de lo que había pasado realmente. Mi nueva "forma de ser" perfeccionista e insegura me había arrebatado mi pasión, mis ganas de bailar. Había contaminado mi sentimiento de superación convirtiéndolo en algo enfermizo, y ya no me dejaba escuchar la música, sólo la voz en mi cabeza que me decía que lo estaba haciendo mal. Es gracioso, porque recientemente me encontré con aquella chica que me despreciaba y no se parecía en nada a como yo la recordaba, de hecho, hasta se alegró de verme.
Lo que sucedía es que me había dejado la parte importante por el camino: disfrutar.
Hace dos semanas, volví a bailar. Sentía que necesitaba reconciliarme con esa parte de mí que fue tan importante años atrás. Así que me enfundé en mi maillot y me puse manos a la obra. Estaba algo asustada, porque el recuerdo que tenía era de toda esa exigencia y malestar de la última época, no sabía si esto podría desatar mi perfeccionismo otra vez, me daba miedo volver a pasarlo mal.
Por el contrario, me reecontré con esa pasión que tenía de pequeña. Con la disciplina y la exigencia, pero no como algo malo, si no algo que me impulsa a seguir mejorando.
Supongo que es fácil en esta sociedad en la que tendemos a ver las cosas por separado, pensar que mi problema sólo me afectaba a mi relación conmigo misma, pero lo cierto es que llega a lugares de tu vida que nunca habrías imaginado. Y no sólo te afecta a tí, también a tu entorno.
Te hace perderte cosas al estar demasiado ocupado autoobservándote, incluso a veces perder a seres queridos.
Y en casos como el ballet, recuperar aquello que te dejaste olvidado es sencillo, pero en otras ocasiones, las habrás perdido para siempre, y es algo con lo que tendrás que vivir y perdonarte por ello.
Me gustaría terminar con una reflexión de mi carrera: Dicen que la autoestima está compuesta por etiquetas que te pones a tí mismo, y ahora estoy segura de que "Bailarina" es una de esas etiquetas.
Y me encanta.
Lo mas lindo que uno puede hacer es bailar con la vida! Dejarse llevar por su musica y disfrutar del camino. Pero cuan a menudo se nos olvida....
ResponderEliminarbaila baila mariposa!
ResponderEliminarEs verdad, todo es más fácil si lo haces bailando,jugando con ello..
ResponderEliminar