"Pensé que cuando llegara a este punto del camino...me sentiría más preparada"
Lo cierto es que llevaba toda la semana preparando otra entrada, algo más serio. Pero al final me decidí por hacer una pequeña confesión en su lugar.
Había oído muchas veces a lo largo del tratamiento que era normal cuando vas mejorando sentir miedo. Puedo recordar claramente a algunas de mis compañeras confesar que se sentían aterradas ante la idea de no tener al grupo, una red de seguridad a la que acudir siempre que te sintieras insegura. Alguien que te ponga en tu sitio y te diga aquello que no quieres oír, pero que en el fondo sabes que es cierto. Y de hecho, mucha gente se estanca en este punto, en parte por miedo y en parte porque cuando vas encontrándote mejor, la enfermedad ya no es algo que te limite, no luchas tan fieramente como cuando estás sufriendo y buscas una salida desesperadamente. Estás cómoda en ese punto, tan cómoda que te puedes pasar igual años.
Siempre me pareció una locura tener miedo de terminar la terapia de grupo. Y de hecho, parte de mi motivación para avanzar durante estos últimos meses en que me encontraba más estable ha sido la de salir de la terapia. No realmente porque me costara ir (de hecho cada vez voy a menos sesiones) o porque me resultara dura. Mi motivación era cerrar este capítulo de mi vida y poder decir "He vencido, ha merecido la pena mi esfuerzo".
Pero esta semana me dijeron que iba a ir aún a menos sesiones. Y aunque eso no signifique nada en cuanto a lo que me pueda quedar de tratamiento, de repente el alta se convirtió en algo real. Real y que podía sentirlo acercándose. Durante estos años había pensado en él muchísimo, pero casi como algo difuso, aún muy muy lejano.
Cuando empezó a definirse como una posible realidad en mi cabeza, apareció el miedo del que me habían hablado. Me aterrorizó la idea de cometer errores ahora, de fallar, de no tener mi red de seguridad por si tropiezo y me caigo.
Supongo que en el camino había idealizado tanto el momento en que estaría mejor, que me había imaginado como alguien ya imperturbable, sin inseguridades, que no necesitaría a los demás para hacerme de red. Y no me siento para nada como esa persona que creía que sería a estas alturas.
Llevo todo el día dándole vueltas a este tema y lo que no me había fijado es que durante estos 4 años y una cifra incontable de grupos y de llamadas con compañeros de grupo, he estado contruyendome mi propia red de seguridad: mi capacidad de buscar apoyo y apoyar a los demás. Y eso es algo que estará conmigo para siempre, porque nunca llegará el día en que no necesitemos a los demás.
Es cierto que no me parezco en nada a la semi-diosa que imaginaba que sería, pero tampoco tengo mucho que ver con la persona que era hace 4 años. Me sigo cayendo y cometiendo errores, igual que antes, pero lo que han cambiado son mis herramientas para superarlos ( o llegado el momento, evitarlos). Así que seguiré avanzando con paso firme, porque aunque este cambio me intimide, sé de sobra que merece la pena luchar por ello.
(esperemos que sea prontito!!)
Estoy totalmente de acuerdo... de hecho creo que lo que describes es como una carrera de fondo. Al llegar a la meta la sensación de triunfo es indescriptible, porque has atravesado el dolor, el sufimiento y has vencido al peor enemigo que es esa parte de ti que se empeña en recordarte que puedes dejarlo cuando quieras... pero al acabar se queda mudo porque sabe que le has vencido... Sigue así, que la llegada a la meta es muy dulce...
ResponderEliminarY siempre tendrás una red de seguridad en aquellos que te quieren, la primera: tu.
Todos tenemos que enfrentarnos a nuestros miedos y a los problemas del dia a dia, caer y volver a levantarnos.
ResponderEliminarSin duda lo que has aprendido sera una herramienta para toda la vida.
Igualmente, para toda la vida son los afectos de tu gente (amigos y familia) los que sabes que te quieren y que ahora, ademas, sabes que puedes y debes contar con ellos.
adelante valiente! como bien dices, todos necesitamos de una red y de herramientas. todos tropezamos y caemos.
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