"Lo he vuelto a hacer. Vuelvo a estar encerrada en la jaulita de cristal que yo misma me construí para protegerme del mundo, de los demás. Soy la chica de la eterna sonrisa pero nadie sabe qué hay detrás. Soy una farsante, una niña asustada encogida detrás de la gran imagen, la gran máscara que me he fabricado. Y no quiero salir, me da demasiado miedo."
Para empezar esta entrada he querido volver a citarme a mí misma, encontré este fragmento en mi agenda de 4º de la ESO (justo cuando empezaron a agravarse los síntomas) y me parece que explica lo que sin duda es uno de los sentimientos más complicados y contradictorios que he tenido en mi vida. Por eso, pido perdón de antemano porque no sé si seré capaz de ponerlo por escrito, pero lo intentaré.
Creo que una de las peores cosas que me pasaron con este problema es el aislamiento, esa sensación de soledad e incomprensión por parte de los otros. En mi vida me he vuelto a sentir así y no se lo deseo a nadie.
El núcleo de esto es una baja autoestima (y esto lo repetiré hasta la saciedad) y por ello tienes la sensación de que no caes bien, que no eres lo suficientemente interesante o que es imposible que los demás te quieran.
Basas tu autoestima en lo que los demás opinen o digan de tí, y como os podeis imaginar, esto es muy voluble. Cualquier pequeña mirada o gesto puede ser interpretada como un rechazo y en esto, debo reconocer que somos muy egocéntricos. Recuerdo entrar en mi pasillo de 4º y notar como la gente me miraba con desprecio, cómo cuchicheaban... Ahora me sorprende que tuviera esa idea tan marcada y un poco paranoide de que todos me miraban, como si no tuvieran mejores cosas que hacer... Pero en ese momento me lo creía y me hacía sufrir muchísimo, porque el rechazo no lo interpretaba como una persona sana, a mí un rechazo o que no me quisieran significaba la pérdida total de mi empobrecida autoestima.
Por este miedo a el rechazo, a no ser querido o aceptado, te alejas voluntariamente de los demás, ya sea totalmente, o como yo lo hacía, dando una imagen superficial y absolutamente controlada. Mostrando sólo lo que creía que los demás querían ver, cambiando dependiendo de con quien estuviera para así agradar a todos. Pero pasan dos cosas:
- Resulta que al ocultar tu verdadero yo a los demás, te sientes un farsante y esto hace que incluso cuando alguien muestra interés en tí, pienses que es por esa máscara y no por tí y esto retroalimente tu idea de que en realidad no vales nada, ya que los demás sólo pueden quererte si les muestras lo que quieren ver, si eres la amiga perfecta,la novia perfecta,la hija perfecta...
- Y al crearte esa imagen de tu super-yo que enseñas a los demás, acrecentas la diferencia entre ese yo ideal (irrealizable) y quien eres en verdad. Pensemos que si alguien cree que es tonto y encima compara sus resultados de CI con los de Einstein, se sentirá aún más tonto. Así tu autoimagen se deteriora aún más al tener la comparación permanente entre tu super-yo y tu yo real (que como el de todos,tiene defectos)
Además,desde fuera, una persona que nunca se moja en las discusiones o que se muestra siempre tan controlada crea desconfianza y no es comprendida. Al crear una distancia con los demás, no les dejas acceder a conocerte más profundamente. Así, al final, por evitar un posible rechazo, terminas aislandote y encerrándote donde nadie te pueda hacer daño, pero tampoco donde nadie te pueda querer.
Por último, y esto es lo más complejo de explicar, existe una gran contradicción en cuanto a esto. Por un lado, desearías gritar pidiendo ayuda y que alguien te quiera, pero por otro lado no te atreves a quitarte esa coraza, esa máscara y mostrarte lo suficientemente vulnerable como para que eso suceda.
Bueno,creo que lo he logrado...Vaya parto!
Un besito,
Butterfly
Desde luego debe haber sido muy duro... y el hecho de que puedas hablar de ello así es señal de que se puede superar... Enhorabuena!
ResponderEliminarme encanta tu blog Butterfly, y es un gran aprendizaje para mí leerte. Eres valiente y afortunada por poder describir tu experiencia. Muchas gracias!
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios y ante todo por vuestro tiempo, me alegro de que esto suponga enriquecedor para vosotros tambien, porque desde luego para mí lo está siendo... Y tambien me enorgullece que mi testimonio sirva para demostrar que sí que se pueden superar los trastornos de conducta alimentaria. Un besito muy fuerte!!
ResponderEliminaralegra y a la vez entristece leerte, pero eso te ha hecho ser cmo eres de increible, y de fuerte...Julia
ResponderEliminarAsusta pensar que, sin duda, habia cerca a ti personas que te quieren, pero no tenian ni idea de lo que estaba sucediendo.
ResponderEliminarPor eso creo que tus escritos pueden ser importantes para que otros puedan identificar los sintomas y sepan que hay salida de ese infierno, pidan ayuda y asi empezar el camino hacia adelate.