viernes, 25 de marzo de 2011

¿Por qué a mí?

 "Cuando la culpa es de todos, entonces la culpa es de nadie" Concepción Arenal

En el momento en que nos ponemos a buscar el origen de este trastorno, la culpa acude a nuestra mente.
¿A quién culpar? No hay nada claro al respecto, algunos hablan de predisposición genética, otros de los medios, de la sociedad... ¿Quién de todos ellos hizo que mi enfermedad se convirtiera en una realidad? ¿Fueron mis genes, los diseñadores de moda?¿O tal vez algún hecho traumático?

Es una mala idea en estos casos, cuando algo así estalla en tu vida, buscar una explicación sencilla y lógica, pero lo cierto, es que prácticamente no podemos evitarlo. Nos sobrecoge, nos cambia la vida, aún no entiendes qué es lo que te sucede exactamente y, de alguna forma, sientes que si logras dar con la pieza exacta que lo desencadenó, te sentirás menos perdida.
Así que la comienza la búsqueda, y lo peor de todo es que solemos escogernos a nosotros mismos como culpables.

Esto es algo complicado de entender, pero yo creo que parte de la idea de que esto es en cierto modo voluntario. Recuerdo perfectamente a una de mis compañeras de grupo llorando lamentándose por haberse provocado el vómito por primera vez, convencida de que ella había elegido libremente hacerlo y que si ese día no lo hubiera hecho, no estaría enferma.
Es cierto que nadie te obliga, y que aún no es una rutina, por lo que se debería poder evitar, pero ahora sé que yo llevaba bastante tiempo enferma antes de hacerlo por primera vez( aunque antes pensara igual que mi amiga)
Ahora sé, por ejemplo, que hay un montón de pasos antes de darte un atracón, que parte de un conflicto, de un pensamiento que no puedes controlar, pero que sí puedes parar antes de que vaya a más, antes de que se convierta en acción: ahí es donde entra tu voluntad, no antes.


Tambien esta idea se fomenta con los tópicos sobre que los trastornos de conducta alimentaria son sólo una forma de adelgazar llevada al extremo, un estilo de vida, cosas de adolescentes... Por ello, muchas veces da incluso vergüenza reconocerlo, por miedo a que te vean como una niña superficial o una loca, porque de alguna forma no te sientes como si tuvieras cualquier otro tipo de enfermedad, te sientes un bicho raro.
En cuanto a la presión social, te comparas con tu alrededor y ves que al resto no les afecta igual que a tí, que tus amigos son capaces de hablar de la "operación bikini" sin que les afecte realmente y que tú en cambio, no paras de obsesionarte.
Entonces,  debes ser que no eres tan fuerte o tan lista como ellos porque te pasas todo el día pensando en esas cosas, aunque el resto las consideran superficiales o tontas.

Y si buscar culpables puede ser tentador para tí, lo es mucho más para tu entorno, sobre todo para tus padres, que están aún más confundidos que tú. Tratan de buscar respuestas a por qué su hija está enferma, por qué sufre. Y esto se suele traducir en: "¿Qué hemos hecho mal?". Así que la culpa, no contenta contigo, también se extiende a tu entorno apoyada en teorías sobre que las relaciones con la madre, un padre ausente o el divorcio son posibles causas del problema.
Al respecto de estas teorías, diré que he visto todo tipo de familias y de relaciones con los padres en mis cuatro años de terapia, al igual que he visto a gente enferma por muy distintos "motivos": adelgazar,estrés... Por lo que no creo que exista una fórmula o una respuesta sencilla a por qué algunos enfermamos y otros no (aunque el tiempo y la ciencia dirán)

Pero sobre todo, creo que lo peor de la culpa es que no nos deja avanzar. Nos tiene rebuscando en nuestro pasado, en cada instante, cuando lo que deberíamos es luchar con todas nuestras fuerzas. Entonces, en el momento que dejamos de buscar culpables, nos centramos en lo que realmente está sucediendo.

Y sinceramente, no sé quién o qué "tuvo la culpa" de que me sucediera esto, pero no me importa. Porque lo importante no es por qué me sucedió a mí o si es justo o no, eso ya no puedo cambiarlo. Lo importante es lo que voy a hacer con esto.
Y esa respuesta sí que es fácil: seguir adelante.

3 comentarios:

  1. Que importante es que personas que estan aun en la primera etapa de esta enfermedad, lean tus escritos. Gracias por tomarte el tiempo de abrir tu alma a los demas y ayudarlos a encontrar el camino a la recuperacion.

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  2. Gracias!! nada me haría más ilusión que pensar que toda mi historia, mis errores,etc pueden ayudar a alguien...

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  3. No dudes que este ejercicio de análisis y reflexión desde tu sinceridad y valentía pueden abrir los ojos y dar esperanza a muchas personas que viven el problema en ellos mismos o en sus seres más queridos. Incluso a los que ya sabemos un poquito o "un muchito" de esto, nos ayuda para recordar y para entender mejor aspectos complejas y sutiles, como el terrible sentimiento de culpa que te tortura, como enferm@ o como en mi caso, como madre. Y qué gran verdad, lo importante no es "por qué", sino "para qué" me va a servir todo esto en mi crecimiento personal, para ser mejor.

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